Las elecciones en el horizonte de la Izquierda
En medio de tanta urgencia coyuntural, con debates tan importantes como los generados por, por ejemplo, la muerte de Kirchner, el asesinato de Mariano Ferreyra, el pago de la Deuda, la entrega de nuestros recursos naturales, el desastre de la megaminería, la negativa del gobierno y sus cortesanos a la posibilidad justa y ansiada de otorgarle el 82% a los jubilados, el macrigate que desenmascara y enloda a uno de los más importantes referentes de la derecha argentina, las escandalosas elecciones en la CTA, las peleas de los trabajadores por mejorar sus remuneraciones carcomidas por una inflación que solo un necio o un loco puede desconocer, ….hablar de las elecciones del año que viene parece un desatino.
Sin embargo, hay que hablar de ellas, si se quiere ser serio
Hay que planificar y proponer. Proponer y planificar
Con tiempo, para no andar a las corridas y desorganizados a último momento
Por supuesto, dentro el calidoscopio que es hoy la Izquierda en la Argentina, habrá diferentes posturas.
Están los que directamente se niegan por una razón “de principios” a ellas, aislándose de lo que en lo concreto van a atender las grandes mayorías populares de nuestro país. Tienen derecho a esa postura, pero demuestran un infantilismo que ya Lenin denostaba a principio del siglo pasado, por lo cual no vamos a explayarnos más en ese sentido. Demasiada agua ha corrido bajo el puente, y la realidad ha demostrado que, hoy, esa táctica lleva al aislamiento.
También habrá aquellos que quieran alinearse con el gobierno kirchnerista “para no hacerle el juego a la derecha”. A esos hay que prestarles atención, a lo sumo, para saber lo que NO hay que hacer. Aquellos que no paran de trabajar para el “mal menor” –y en definitiva, para un sector de los explotadores- no pueden siquiera ser considerados de izquierda.
Están también los que, obnubilados por un discurso atractivo para las mayorías populares, vuelven a darle un cheque en blanco a los nuevos “Frentes Grandes”, esos que se la pasaron hablando de la ilegitimidad de la Deuda externa, y hoy quieren pagar una parte. Las Terceras vías han demostrado en todo el mundo –y lamentablemente en nuestro país también- que son siempre funcionales a las clases dominantes.
Finalmente, estarán también aquellos que sí quieren presentar batalla a la burguesía, en un escenario que es uno más de la lucha de clases. El asunto es cómo y desde dónde pretenden hacerlo.
Los marxistas debemos abordar los problemas concretos de la sociedad para poder así tener la posibilidad de cambiarla de raíz. Entonces, es menester el reconocimiento de que vivimos dentro del sistema impuesto por los sectores de la explotación, quienes mientras detenten el poder nos impondrán los escenarios de batalla. Es entonces correcto presentar pelea en todos los frentes posibles, y dentro de ellos, en los procesos electorales, cuando las condiciones concretas del nivel de confrontación de los explotados contra sus explotadores así lo requieran: con el pueblo en las calles, sería ridículo prestarle atención a las urnas. En periodos más calmos, en cambio, se constituyen en una buena oportunidad de agitación, acumulación y construcción de poder. Pero… ¿cómo hacerlo sin ser cómplices de un sistema al que decimos combatir? Pues… eso puede ocurrir solamente si a través del proceso eleccionario podemos empezar a generar grietas a la gobernabilidad de los sectores de poder, si podemos presentarnos como opciones coherentes, referenciadas y legitimadas por al menos una parte importante de la sociedad.
De lo contrario, como lo ha hecho la izquierda hasta ahora y desde hace décadas, presentándose para pasar el ridículo de no llegar ni al 2% del padrón electoral, lo único que se logra es ser funcional a los intereses de los explotadores.
Los que soñamos con una sociedad muy distinta a esta oprobiosa en la que vivimos (una sociedad sin miseria ni explotación), tenemos que tener en claro que para dar vuelta esta realidad como una media, para arrancar el poder de las manos de los explotadores, tenemos que construir un poder mayor al que ellos detentan. Y el poder no se construye aislándose de las masas, sino con ellas.
Toda política debe apuntar a ello.
Así como no se puede hacer como si las urnas no existieran, cuando los trabajadores asisten a ellas por millones, tampoco se puede aferrarse a ellas sin una política de verdadera construcción de poder. Y mucho menos - algo más grave aún-, para saciar intereses personales o sectoriales.
Para la izquierda entonces, no debería quedar más alternativa que proponer un frente único o lo más amplio posible, donde entren la mayor cantidad de sectores gremiales, estudiantiles, movimientistas, ambientalistas, originarios y políticos detrás de un programa común, elaborado democráticamente por todas las partes.
A ésta cuestión casi de sentido “pragmático”, se le agrega un dato novedoso y determinante: la nueva ley instaurada por el kirchnerismo y avalada por sectores de la “oposición” parlamentaria, que apunta al bipartidismo y, por lo tanto, a la desaparición de los partidos más pequeños. Esta nueva ley obliga no solo a conseguir los avales para lograr la personería de los partidos, sino que establece la obligatoriedad de las elecciones internas para aquellos que quieran presentarse a las elecciones generales. Y aquellos que no logren obtener en aquellas el equivalente al 1,5% de los votos emitidos, no podrán hacerlo y perderán sus personerías.
Pensemos que la izquierda, si sumamos todos sus votos, en las últimas elecciones no logró llegar ni al 2% de los votos emitidos… mucho menos podrá aspirar, dividida, cada lista que se presente, por sí sola, aspirar al 1,5%. Más teniendo en cuenta que la votación será simultánea con los partidos de la burguesía, y que no se podrá votar más que una vez
Sin embargo, se sabe, varias agrupaciones de izquierda se han lanzado a conseguir su propia personería, en una actitud, para variar, claramente sectaria y, fundamentalmente, funcional a los intereses de los explotadores.
Hay que terminar con esas prácticas. Los que aspiramos a que la Revolución y el Socialismo se hagan realidad algún día, debemos denunciarlas como funcionales a los intereses de los sectores de la explotación.
Sin dudas la mejor táctica siempre es la UNIDAD, pero en la coyuntura de este país es una NECESIDAD IMPERIOSA para no desaparecer por completo de la escena política. Por eso, sólo cabe empeñarse para conseguir la personería de un FRENTE de izquierda, y desde allí trabajar para las primarias abiertas, para poder albergar alguna esperanza de poder presentar una fuerza que pueda competir en las generales.
De lo contrario, se repetirá la triste historia del ridículo y la insignificancia para nuestro espectro ideológico
Y se prolongará, aún más y más gravemente, el divorcio interminable con las mayorías populares
PROPUESTA
Ante el hecho concreto de las elecciones a realizarse en el año próximo, para elegir representantes en el orden municipal, provincial y nacional, el Partido Comunista de los Trabajadores a través de su Mesa Constitutiva Ampliada, hace una propuesta al conjunto de las fuerzas de izquierda para conformar un Frente Único, Popular y Revolucionario por el Socialismo, como alternativa real para avanzar en pos de un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Por lo tanto, trabajar en conjunto para lograr la personería para ese Frente de unidad, y dirimir las candidaturas en las internas abiertas y obligatorias del año que viene.
Proponemos así impulsar la agrupación, por medio de COORDINADORAS DE BASE de acción política, a constituir en cada barrio, pueblo o zona, a los distintos partidos de izquierda, al conjunto de las organizaciones sociales en lucha (de trabajadores desocupados, campesinos pobres, estudiantiles, ambientalistas, de género, de la cultura, etc), y fundamentalmente a las organizaciones sindicales clasistas, todas las cuales vienen batallando contra la continuidad de una política de máxima explotación, de miseria, de entrega de nuestras riquezas y sumisión al imperialismo.
Para el fin señalado, creemos que es vital y necesario la elaboración en común de un programa en que la defensa de los intereses, necesidades y derechos de la clase obrera y del pueblo, y sus aspiraciones de avanzar hacia el objetivo de democracia económica, de auténtica independencia nacional y soberanía popular, queden claramente plasmados.
Estamos en el comienzo de un camino, con dificultades y expectativas, y no olvidando nunca que nos encontramos en el medio de una intensa lucha ideológica, en especial contra formas de nacionalismo burgués, un falso progresismo populista, y todo tipo de reformismo, dado que sin vencer en dicha contienda de ideas, será imposible que los trabajadores puedan ir avanzando a niveles más altos de conciencia y de combate por la toma del poder, cuestión fundamental de una revolución, a fin de marchar decididamente a la construcción de una nueva sociedad, una sociedad socialista.
Como contribución a la imprescindible construcción unitaria, hacemos una propuesta de PLATAFORMA PARA LA UNIDAD Y LA LUCHA, a fin de iniciar un necesario y urgente debate, en un Encuentro de todos los que queremos trabajar en tal sentido
ALGUNOS PUNTOS BÁSICOS PARA UNA PLATAFORMA DE UNIDAD Y DE LUCHA
- Aumento inmediato de salarios y jubilaciones. Salario mínimo igual a la canasta familiar actualizada. Derogación de la jubilación privada.
- Anulación de todas las leyes de flexibilización laboral. Plena vigencia y aplicación de la ley 14250 de convenciones colectivas de trabajo.
- Lucha contra la desocupación y el trabajo “en negro”. Desarrollar toda una política de pleno empleo basado en la obra pública. Aumento del subsidio a los desocupados. Respeto obligatorio de la jornada de 8hs. Implementar la disminución de dicha jornada a 7 ó 6 horas sin pérdida de salario.
- Decretar la emergencia nacional sanitaria y educativa. Pleno apoyo y mayor presupuesto para educación y salud pública. No a la actual ley de Educación; no a la Ley Federal de Salud, ambas al servicio de los intereses de los monopolios. Implementación de políticas de salud y educación públicas, estatales, universales y gratuitas.
- Nacionalización sin indemnización de las empresas privatizadas, con la participación de los trabajadores en la dirección y control de las mismas.
- Recuperación de nuestras riquezas naturales. Propiedad estatal del subsuelo nacional. Implementación de una estricta política estatal de cuidado del medio ambiente. No a la minería a cielo abierto.
- Realización de una profunda reforma agraria. Eliminación del latifundio. Inmediata ayuda a los campesinos pobres y a los pueblos originarios, comenzando por detener el desalojo y robo de sus tierras.
- No al pago de la deuda externa.
- Basta de represión y judicialización de la protesta social. Libertad y desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares. Aparición con vida del compañero Julio López, y juicio y castigo a los responsables de su desaparición. Juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales del asesinato de Carlos Fuentealba. Desmilitarización de todo conflicto social.
- Anulación de la Ley Antiterrorista, cuyo nombre real debe ser ley terrorista contra el pueblo.
- Cárcel efectiva a los responsables intelectuales y materiales de la última Dictadura y de los 30.000 compañeros desaparecidos.
- Juicio y castigo a los responsables políticos y grupos económicos nacionales e internacionales del genocidio económico de nuestro pueblo.
- Solidaridad con todos los pueblos de América Latina y del mundo, que luchan por su liberación nacional y social, especialmente con la Heroica Revolución Cubana, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Irak y Palestina. Retiro inmediato de las tropas argentinas de Haití.
Partido Comunista de los Trabajadores
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